Bebé Arcoiris

Bebé Arcoiris

Hablaré sobre el nacimiento de mi amado bebé arcoíris, quien vino a darnos alegría y logro darnos calma por la pérdida de nuestro bebé estrella que siempre estará grabado en nuestros corazones y recuerdos.

Este pequeño se llama Evan y su nacimiento fue mágico, intenso, y rápido.

Cuando nos enteramos con Esteban mi marido, que íbamos a ser padres de nuevo, decidimos que queríamos tener una experiencia similar al parto en casa que tuvimos con nuestra amada y dulce Mía (nuestra primera hija), si las condiciones del embarazo lo permitían.

Durante todo el embarazo nos fue bastante bien. El sábado 04 de mayo en la mañana fui a control porque sospechaba que estaba perdiendo líquido amniótico, pero no estaba 100% segura… y me realizaron un test para comprobar si es que había perdida de líquido amniótico y efectivamente tuve rotura de membranas. Pasaba el tiempo y no había señales de comenzar el trabajo de parto, por lo tanto, conversando con mi equipo de Matronas de Parto en Casa, decidimos que había que inducirlo de manera natural… Así que comenzamos a preparar todo, nuestra pequeña hija se fue con su mochila de ropa y mochila de juguetes donde su abuela. Preparamos la casa (el entorno, el ambiente) instalamos la piscina. Y una vez que teníamos todo listo, me tome un batido natural para inducir el trabajo de parto que se demora generalmente entre 4- 5 horas para causar efecto. Pero el batido me hizo efecto casi de inmediato y comencé con el trabajo de parto… al principio quien me acompañó y ayudó a aliviar las contracciones fue Esteban, mientras esperábamos que nuestro equipo de Matronas llegara (las contracciones de este parto fueron mucho más intensas que las del parto anterior porque tuve rotura de membranas), necesite de mucha fuerza de voluntad para tolerar el comienzo de la dilatación (de 0 a 5 cm) me ayudó realizar vocalización, tener presión, masajes y guatero tibio en la parte baja de la espalda mientras pasaba cada contracción y por supuesto mi amada pelota de pilates. Mientras yo me encontraba en trance en el planeta parto y mis Matronas llegaron, mi marido fue a llenarme la piscina (porque solo quería meterme al agua), así que me tocó esperar a que la piscina se encontrara lista. Hubo momentos del trabajo de parto que mientras pasaba una contracción, Vomité, y también estuve a punto de quedarme dormida varias veces… el cuerpo seguía haciendo lo suyo pero yo cero consciencia de mi entorno. Al fin estaba con una dilatación de 5 cm así que cuando me dijeron “está lista la piscina. ¿Quieres ir al agua?” Literal me levanté prácticamente corriendo a tirarme un piquero. En mi entorno solo estaba una luz cálida que provenía de la lámpara de sal que estaba casi al mínimo, teníamos todo oscuro y pedí música ambiental de naturaleza y aves. También aceite esencial de lavanda, que me puse a oler. Así que me encontraba dentro de la piscina con la mente en la naturaleza como si estuviera en un bosque a la sombra de los árboles rodeada de aves. Dentro de la piscina me encontraba en cuatro puntos (manos y rodillas) moviendome adelante y hacia atrás ya que Evan aún no estaba 100% encajado para salir y tenía que ayudarlo para que se acomodara y saliera. Mientras me encontraba ayudando a Evan a que se acomodara, con mucho sueño y hambre comenzamos el día domingo 05 de mayo y logré dilatarme 7 cm, pero en un abrir y cerrar de ojos de 7 cm pasé a 10 cm y con la cabeza asomada de él, y así fue como todos quedamos plop cuando se asomó, y cuando salió del agua sentir su abrazo lleno de fuerza y amor, lejos es una de las experiencias más hermosas que he vivido (junto al parto de su hermana quien me enseñó lo que es amar incondicionalmente, y una manera de nacer diferente).

Doy gracias a la vida por haber tenido la oportunidad de vivir esta experiencia con el equipo profesional de Casa Mamá ya que es fundamental contar con un equipo profesional para la asistencia del parto, pero sobretodo un equipo profesional que tenga empatía, que sea respetuoso tanto en los tiempos como en los espacios. Que sea asertivo tanto en el actuar como en las palabras a la ahora de acompañar un parto. El respeto hacia vida y el nacimiento es fundamental. Me siento feliz de haber elegido a Casa Mamá para acompañarme en esta etapa por tener respeto, asertividad, empatía y profesionalismo al momento de acompañar un parto.

María José.

Parto Planificado en Domicilio - Mayo, 2024

Matronas Jennifer Sanhueza - Gabriela Velozo

Un Parto Sanador

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Un Parto Sanador

Y llegó la semana 41...

Mi ansiedad comenzó a hacerse más intensa, ya que el sueño de un parto en casa se esfumaba, mientras los días avanzaban. Llevaba 2 semanas botando tapón mucoso, teniendo contracciones suaves que iban y venían, y luego de intentar - los días +1 y +2 -, con acupuntura, homeopatía y medicina antroposófica, llegó el esperado momento.

Un viernes 15 de diciembre a las 1:20 de la madrugada (Semana 41+3), me desperté con contracciones más intensas, regulares (al fin) las que me devolvían las esperanzas. Pero aún podía dormir así que aprovechamos de descansar. Pasaron las horas, las contracciones ya no me permitían dormir, me levanté y me di una ducha, comencé con la pelota de pilates y vocalizaciones suaves.

Comenzaba a amanecer y cada vez eran más fuertes, Seba (mi pareja) me ayudaba con masajes y guateritos para calmar el dolor. Al poco rato se despertó la Lunita (nuestra hija de 6 años) mientras yo estaba en el baño, desayunó y al poco rato se fue donde una vecina (plan Luna), entonces entramos en una etapa de trabajo más intenso y concentrado, Seba me ayudaba entre vocalizaciones y guateros.

Seba me preguntaba constantemente si no era hora ya de llamar a nuestras guardianas Gabi y Jenny, si inflábamos la piscina de parto, si quería desayunar. No sé bien qué hora era pero primero llegó la Jenny, que respetuosamente examinó los latidos de la Flora, estaba todo perfecto, pero aún con 3 de dilatación, faltaba un resto de camino.

Más tarde, con Jenny, recuerdo haberme acostado en el sillón con una pierna colgada para poder descansar entre contracciones, ahí me dormía profundamente mientras ella me hacia cariño y me sentí tan tranquila y contenida por su energía sanadora. Luego, llegó la Gabi con su energía maternal, sus aromas, hierbitas y regaloneos. Me acuerdo que las contracciones eran cada vez más intensas, las vocalizaciones de la O me ayudaban a transitar el dolor que se hacía cada vez más focalizado en la pelvis y el sacro. La Jenny , silenciosa me acompañaba y me ayudaba haciendo masajitos.

El Seba me ayudaba a vocalizar. En un momento me acuerdo que me fui sola al baño de mi hija Luna y el water se volvió mi refugio, en un momento quise estar sola con la puerta cerrada, mis guardianas y mi Seba respetaron ese espacio pero observando siempre para ir a dar fuerzas, la Gabi me llevaba agüitas. Luego recuerdo que las chicas me revisaron y ya íbamos en 5. Nos tiramos de espalda a la cama las 3, tomadas de la mano, recuerdo nuestras caras llenas de emoción y con la felicidad de que ya al fin salíamos de esa fase latente. Las chicas me ofrecieron el agüita.

Mientras se llenaba la piscina de parto me suspendí, la Jenny me hacía masajes en la espalda, con esas manos poderosas y contenedoras.

Después de un rato entré a la piscina y fue un alivio enorme, escuchaba algunas canciones de la lista que hicimos para el parto y entre contracciones cerraba los ojos y me dormía en esa agua calentita. Me quedé un buen rato y empecé un viaje...a ratos las chicas me llevaban comidita para reponer energías.

Después me volví a salir, volví a suspenderme, luego baño y posición water nuevamente, a mi cueva. Pasaba de una a la otra, hasta que de pronto llegamos a los 9 cm de dilatación, ya no sé ni que hora era. Recuerdo que a mi cabeza le costaba apagarse aún a esas alturas.

Me metí a la piscina de nuevo y empecé a pujar, tirando de unas poleas que primero afirmaba la Jenny, que me ayudaba vocalizando para abrirme poco a poco. Y luego se hizo cargo Seba ( tenemos un video, yo parecía araña). Hubo un momento en que detectamos que se había roto la bolsa, y salía meconio, que se podía visualizar en el agua de la piscina, eso nos daba menos tiempo para el expulsivo.

Salí del agua y la Gabi trajo el asiento de parto, bajo el que Tamal nuestro gato estuvo acostado gran parte del trabajo de parto, dándole sus energías santiguadoras. Ahí comenzamos el expulsivo que me llevo a momentos de mi parto anterior, no podía centrar mi fuerza, ni mi respiración para lograrlo. Pero recuerdo la cara de la Gabi que llena de confianza me alentaba con sus palabras, el Seba me ayudaba a soltarme gritando y vocalizando. Aún así no era suficiente y no teníamos tanto tiempo para que Flora saliera, por estar ya dentro del cuello del utero, de todas formas la monitorearon entre cada contracción y sus latidos nunca disminuyeron (bien Florita poderosa!!).

Subí mis piernas para poder apoyarme en el asiento y mi espalda en el pecho de Seba (él sentado en nuestra cama), y manos apoyadas sobre sus piernas.

Hasta que vino la renuncia, y enuncié un "ya no puedo más", pero la Gabi me decía ¡Vamos preciosa!, !¡eres poderosa! ¡Tu puedes! ¡Tu sabes parir ! Y luego todos me dabas fuerzas diciendo ¡vamos en la próxima contracción ! Sus miradas profundas me daban la confianza y seguridad, y cuando se acercaban las contracciones tomábamos el aire juntos para volver a pujar. Ahí le hablaba a mi Flora y le decía que trabajaramos juntas que ya quedaba poco para conocernos. Y entonces me llené de fuerzas gritando "Yo puedo", y con ello logré hacer que el pujo sacara la fuerza hacia abajo y manteniéndolo, gritando y sosteniendo la frase hasta quedarme sin aliento.

De pronto comenzó a asomarse la cabeza de mi Flora (la coronación), sentí como quemaba el famoso "aro de fuego", la Jenny delicadamente me ponía compresas para ayudar. Cerré los ojos y me entregué a esa muerte de la que tanto leí en relatos de parto y cuidada por mi tribu, me sentía tan segura. Me conecté con algo muy poderoso y desconocido que vivía en mi, y por un segundo cerré mis ojos y morí (retóricamente), fui en búsqueda de mi Flora al océano estelar. Asi de pronto ya estaba fuera, y en mi pecho. Seba llorando en catársis, yo no pudiendo creer que lo habíamos logrado. Como haber subido un cerro muy alto y llegar a la cumbre luego de mil adversidades, incluso, habiendo querido rendirme. ¡Lo logramos!

Luego, las chicas nos contaron que Flora venía con su manito encima de la carita, como agarrando el cordón, y que probablemente eso hizo que costara más la fase expulsiva, o todo el trabajo.

De pronto sus ojos estaban ahí, mirándonos, tan despiertos y serenos. La Flora que tanto nos hizo esperar ya estaba aquí, no podía creerlo, pasé por mil emociones, mientras unos rayos del sol de la tarde se colaban entre las cortinas. La emoción nos embargó a todos ¡Al fin llegaste Flora amada!. Hicimos piel con piel, ahí en el calor de nuestra cama, de nuestro nido, una imagen con la que fantasee durante todo mi embarazo, estaba pasando, era real.

Más tarde hicimos la ceremonia del cordón, ahí acostados en nuestra camita. Aún no podia creer lo que estaba viviendo, era todo tan hermoso, significativo, transformador. Sentía como me llenaba de energía nuevamente, mi corazón repleto.

Nuestras guardianas se volvieron madres cuidadoras y protectoras de un momento en dónde las mujeres necesitamos de otras mujeres, y mi Seba estuvo ahí sosteniendo en todos los aspectos, haciendo comida, preparando las cosas que necesitábamos y atento a cuando lo necesitaba, ayudándome a no perder las fuerzas, vocalizando, soltando. No podríamos haber sido un mejor equipo. Ahora siento que hay algo que nos une a todos para siempre, una experiencia tan sagrada.

No puedo más que sentir una admiración profunda por estas brujitas que nos acompañan con sus saberes a nosotras las mujeres en el parir, guardianas de un oficio divino. Porque el cómo llegamos al mundo nos marca como seres humanos. Son ellas quienes confían en nuestro poder y nos muestran de lo que somos capaces.

Gracias guardianas hermosas por acompañarme en este viaje de transformación, de sanación personal y de mi linaje. Gracias Flora por elegirme, gracias mi Lunita por desear una hermana y darme más sentido para elegir esta vivencia. Gracias Seba por ser mi compañero y apoyarme en todo este camino.

Relato escrito por Magdalena, en el nacimiento de su hija Flora.

Parto Planificado en Domicilio, Diciembre 2023 - Santiago, Chile.

Matronas Gabriela Velozo y Jennifer Sanhueza.

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Nacimiento de Aurora

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Nacimiento de Aurora

Relato de Parto de Pamela y el nacimiento de Aurora.

Semana 40 cumplida y visitamos a la Jenni en su consulta. “40 semanas y aún no hay señales” le decíamos un poco ansiosos.

“Tranquilos que la Aurora va a venir cuando ella quiera”.

Pasaron un par de días y llegó la señal que estaba esperando. Se acerca mi bebé sentí.

Las contracciones se hacían notar con calma y distancia las últimas horas de un día jueves. Algunas más fuertes que otras me mantuvieron despierta la madrugada del viernes. Y así transite cada una de ellas todo el viernes , sentada en la pelota de yoga , con un rebozo amoroso que me hacia Yoyo, mi gran compañero💘, masajitos , esencias y duchitas con agua caliente.

Al llegar la noche del viernes , las contracciones se intensificaron y no volví a dormir.

A las 4 de la madrugada del día sábado nos fuimos a la clínica. Al llegar sólo tenía dos de dilatación y Jenni que atendió rápidamente la alerta de mi llegada, me muestra mis opciones. Elijo volver a mi casa para seguir preparándome.

Y repito todas los cariñitos para transitar el dolor de las contracciones: pelota, tina, frutitas, masajes y regaloneo. Siendo las 15:00 hrs del día sábado , nos vamos a la clínica otra vez. Avance a cinco de dilatación pero mi cuerpo ya no aguantaba más el cansancio de más de 30 horas de contracciones, pido anestesia para descansar y recuperar fuerzas. Con mucho cariño Jenni prepara la salita, pongo mi música, mi lámpara y logro dormir unas horas.

Avanzada la tarde del sábado junto a la Dra. Otone se dan cuenta de que la Aurorita tenía un “chichón” en la cabeza que no le permitía avanzar. Me recomiendan ejercicios en la pelota para que logre moverse y encajar bien. Llego a siete de dilatación sin avanzar más y pese a que estuve horas intentando todos los ejercicios , no cambió su posición. El parto natural no podría darse.

Y aunque me entristeció, siempre entendí que estás cosas podían pasar.

Intentamos todo y siempre me sentí acompañada y protagonista de las decisiones. En confianza💗.

Nos vamos al pabellón para la cesárea.

Recuerdo el abrazo contenedor y las palabras amorosas de mi matrona mientras me ponían la epidural. De ahí en más, todo fue pasando muy rápido. Sentí los besitos en mi cabeza de mi compañero y a la Jenni levantando mi cabeza “ya Pame , vas a conocer a tu hija” y pude ver cómo sacaban con suavidad a mi guagüita. A penas sale, un llanto fuerte retumba en la sala. Mi hija anuncia su llegada. Yoyito corta el cordón y a través de un túnel de mantas que estaban sobre mi, acercan a la Aurora a mi pecho, donde permaneció durante varios minutos con el cariño y la mirada cálida de nosotros naciendo como padres. Recuerdo con tanta alegría tener la posibilidad de ese apego inmediato exquisito, juntas todavía como si aún estuviéramos unidas en un solo cuerpo. Y que también tuviera la posibilidad de un apego piel con piel junto a su papito quien la vistió y acompañó cuando yo no podía.

La cesárea siempre fue mi última opción. Tenía miedo de que fuera un parto traumático o poco cariñoso. Pero no fue así. Mi hija nació rodeada de amor y pulsando cada segundo en este mundo con tranquilidad junto a su mamá y su papá. Sin apuros, demostrándonos que una cesárea también puede ser un parto respetado y cálido. Permitiéndonos recordar por siempre que nuestro encuentro fue hermoso y sereno💜.

Relato escrito por Pamela acerca de su experiencia de parto en el nacimiento de Aurora 27/01/2024.

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